Y buscando/me encontré a/con la TERAPIA GESTALT. Este enfoque de la psicología humanista representa mi manera de trabajar y comprender la terapia. Creado por Fritz y Laura Perls aporta principios y técnicas para acompañar y facilitar al paciente en sus dificultades ampliando la conciencia de sí mismo y su desarrollo como persona integrada.
Desde esta mirada, el terapeuta es su propia herramienta, por lo que trabaja consigo mismo ampliando su conciencia para poder acompañar a otros en sus procesos de búsqueda y sanación.
Una de las técnicas terapéuticas que aplicamos en sesión es la SILLA VACÍA:
Se reproduce un encuentro con una situación, persona, o «parte interna» con el fin de dialogar con ella y establecer un contacto, pudiendo así resolver asuntos pendientes y conflictos internos que generan sufrimiento y repetición.
El nombre de la técnica de la Silla Vacía proviene de la utilización de una silla real, en la cual el paciente “sentará” imaginariamente a la persona, situación o faceta que le provoca el bloqueo emocional para posteriormente establecer un diálogo. El paciente elaborará a través de su propia experiencia en un espacio seguro y contenido por el terapeuta.
Diálogos frecuentes son entre «personajes psíquicos internos», que podemos identificar como «cosas que nos decimos a nosotros mismos en distintas situaciones» y que conforman el guión de patrones aprendidos de conducta, emoción y acción. Por ejemplo, el llamado por Fritz Perls «perro de arriba»: Una especie de «juez interno» que critica y sentencia las cosas que hacemos («no deberías haber dicho eso, ahora ya nunca más te van a querer…» «no puedes decir lo que sientes o se reirán de ti…» «lo que has hecho no tiene perdón…»). A veces, esta parte se encuentra con otra más sumisa, obediente (Fritz Perls la llamó «perro de abajo») que se queda callado, bloqueado (» es verdad nunca más volveré a hablar, total para las tonterías que digo…».). A partir del diálogo entre estas partes se puede experimentar totalmente cada una, ampliando la comprensión de si mismo y el encuentro de un punto intermedio que calma, alivia e integra (no hay voz interna o es de aprobación).
Además el poder elaborar conflictos con personas con las que no nos fue posible expresarnos, reparar asuntos pendientes con personas que ya no están, contactar y sanar las heridas de nuestro «niño interior»… son otras de las opciones de trabajo terapéutico que se pueden llevar a cabo con la SILLA VACÍA.
Si quieres conocer más… «El enfoque gestaltico: Testimonios de terapia» Fritz Perls